Herbie Hancock es, indiscutiblemente, una de las figuras más destacadas en la historia del jazz. Y no sólo como pianista y teclista, considerado uno de los máximos referentes del género, sino también como mente creativa y generadora de conceptos. Su influyente trayectoria ha dado lugar a momentos únicos como los ya clásicos Cantaloupe Island -sampleado en los 90 por Us3 y reconvertido en súper ventas- y Watermelon Man, entre muchos otros
El gran Miles Davis se fijó en él a principios de los 60 y formó parte de su banda durante 5 años. Después voló en solitario y su piano eléctrico ayudó a definir el sonido jazz-funk de los 70 al frente de los míticos Headhunters. Su propia visión de la vanguardia y el futurismo también le llevó a la experimentación electrónica y las bandas sonoras -firmó los respectivos soundtracks de las icónicas Blow-Up (1966), Death Wish (1974) y Round Midnight (1986)-, aspectos que ayudan a entender la relevancia de este artista imprescindible.
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